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Disfrutar de los placeres de una vida que se ofrece sin máscara

viernes, 18 de febrero de 2011

VUELVO DE DONDE ME FUI

Al llegar al lugar donde las almas buscan el reposo de lo vivido, me pidieron que regresara de nuevo a terminar lo que había quedado sin la forma que quiere el Amor; Quise engañarlo disfrazándome de bufón de la mueca alegre y olvidadiza.
¡Otra vez no, pensé!
 Quizás en otra vida sepa completar la tarea, No supe mirarle a los ojos sin que me delatara la historia de un sentimiento que se aloja en esa parte que no es mía, si no nuestra.
Este amor que todo lo sabe, que no deja esconderse al corazón, te recuerda que tu vida es solo sentir, que de nada sirve la piel si no se la acaricia.
Son tantos los pasos que voy dando en la misma dirección, que a veces olvido si llegué, o ya me he ido.
¿Cómo se vive lo que ya no es?
 En el sitio que me estaba reservado para contemplar la luz sin perder la vista, me dejaron en unas tinieblas fugaces; Que frágil es la ternura no correspondida. Toda la experiencia acumulada, todo el sentimiento escrito en esa parte de mi carne, que solo se muestra con el roce de una mano llena de moléculas de amor,  habitaba en mí de espaldas, no me dejaba ver que parte ocupaba en el alma, que ahora quería entregar a quien me la dio para vivir la pasión. 
Les implore que me dejasen descansar en un asiento sin respaldo, para no olvidar la carga que mis espaldas soportan, quería tener por toda la eternidad el peso de quien ha comprendido que nada es, sin lo más profundo y bello que envuelve la esencia humana. Quise que grabaran en mi pecho una cicatriz con forma de puerta, para que siempre estuviera abierta al amor.
El dios que todo lo sabe, me miró a los ojos y me dijo: Vete y vuelve a formar parte de ese cuerpo, aún te faltan las lágrimas de la renuncia, que también es amar saber decir adiós.
 Y ahora regreso con la sonrisa de la inocencia. Vendré a escribir la historia de quien supo cómo se puede vivir con el recuerdo de lo amado. No borrarán de mi la huella del que ha sabido que en su mirada van todos los “te quiero” que nunca me dijo; Vuelvo con la retina nueva, sin la espesura de la confusión que da no tener quien apuntale los versos que mi voz extraña eleva al espacio.
 Vuelvo para que mi libro tenga un final, y un nombre a quien escribir mi dedicatoria.

EN ESTE CUERPO SEGUIRE AMANDO
Ahora se quien es, el que se mira en el espejo cada día, se quien tiene la labor de recuperar los sentimientos perdidos, en el intento de no ser el que ama; ¡como pude decir adiós a quien me da la vida! Tuve que aprender a morir, para saber que aunque sea en la distancia, mis versos solo tienen un alma, y esa alma es la princesa de mi castillo de cristal. Cada vida que vivo es un refugio donde me escondo del cuerpo que me hace ser solo de ella; En mis pasos voy dejando gajos de noches sin sueño, vigilias que el amor me roba para dárselos al aire, que sin prisa llegan a  susurrarle mis poemas de amante en soledad. ¿Qué pregunta no me hice? Para saber que la respuesta solo es decir ¡ábrete corazón y deja que la pasión mezcle tu sangre! Ya no me esconderé de mí, sacare a pasear mis emociones, y las gritare al viento para que lleguen envueltas en aire cálido. Con la partida hacia el lugar del que ahora vuelvo, en donde me señalaron que vivir es amar, deje sin escribir todas las poesías que hablan de lo tuyo, y de lo mío. Lo nuestro; En este instante y hasta que mi alma se evapore para volver a donde reposan los que solo son balada, tendrás cada amanecer un retazo de mis quejidos, los que en la noche lanzo a la luna para llorar mi ausencia sin un amor a quien decir- ven y miremos juntos como la mañana nos invita a seguir amándonos-.

TODO LO ESCRITO DIBUJA MI ALMA
He puesto una jaula en mi ventana, no tiene ningún pájaro, está vacía;
Solo espera alguna canción que tu boca haya cantado para guardarla siempre
y que todas las mañanas sea tu canto quien me despierte.
Empiezo a recordar el motivo de mi existencia, no es nada que pueda tocar,
solo sé que está en un lugar escondido entre mi alegría y mi olvido.
Quisiera que mis palabras tuviesen la sencillez de un niño que juega a descubrir sus manos;
Pero amarte es todo un universo  y no puedo describir un sol si no tengo todas las estrellas.
En el mensaje que me dio quien no quiso retenerme en la casa de las almas,
estaba la palabra “renuncia”.
Pero he decidido construir mi casa desde la tierra
y para eso necesito saber que soy un corazón de viaje hacia donde el amor me abrace,
para no dejarme escapar jamás.
Poco a poco iré dando forma al lugar que será mi refugio
y el que recibirá una mañana de abril,
a esa silueta traída por el aroma de mis ansias por amarte, estés donde estés.
Cada gesto del resto de mi vida será una forma de loar tu llegada,
cada mirada que lance a través de mi ventana tendrán un lugar donde posarse,
será ese camino que aún no has andado, pero que ya tiene tu olor.
Déjame vaciar todo el caudal de pasión que guardo en mi creación de nuestro bosque de amor
y que cada gota de roció sea agua para bañar tus manos que me acariciaran.
Soy un alma abierta a romperse por lo que será nuestro.

LAS PUERTAS DE MI CORAZÓN

He barrido todo el recuerdo de mí, sin tu presencia. No quiero que ninguna señal me haga pensar que pude ser de otra manera, alguien distinto a quien ahora empieza a entender que nunca sepa amar, hasta que te ame.
Qué fácil es perderse en la aventura de negar al amor. Ahora mi salón empieza a tener todos los muebles que decoran lo que será la estancia de nuestras horas de no decirnos nada, y sentirlo todo. No faltara la chimenea donde en las noches de invierno, el reflejo de las llamas iluminen tus ojos, ¿qué alfombra será la que rozara tu cuerpo desnudo? Como soportar que algo distinto a mis manos te acaricien. En la pared, estarán colgados solo tres cuadros, y en cada uno de ellos, escrita una palabra que te recordara quien los colgó, “Te” en el más lejano a tu asiento, “quiero” en el que veas casi sin mirar, y “mucho” será el cuadro que cada día miraras cuando tengas alguna duda de cuanto siento por ti. La mesa será redonda, no quiero esquinas que puedan hacer más difícil mi encuentro contigo. Los demás muebles que completarán el salón, tendrán el color que confundan tus ojos cuando nos miremos, para decirnos “soy yo quien te ama”.
La cocina tendrá todos los olores que trasmina tu cuerpo, en cada tarro guardaremos la esencia que nos hace enloquecer de pasión; el resto serán condimentos que iremos creando con el sudor de nuestro cariño. Donde esté la puerta, será más pequeño por dentro, y grande por fuera, así nada escapará de nuestros encuentros, pero dejaremos entrar las alegrías, sin mirar qué las trae. Esa puerta la pintare de rojo por dentro para que sepas que es mi corazón, y será verde por fuera porque la alegría como la esperanza nace de un brote. Y quiero ser toda mi vida quien cuide de esa flor tan hermosa que es nuestro amor.

LAS ESCALERAS DE NUESTRO ENCUENTRO


Cuando el reloj marque la hora en que tengamos que subir a nuestra habitación, después de pasar esos momentos en el salón compartiendo cada segundo. Yo de ti y tu de mí, de nosotros; Que pequeña se hará la estancia cuando la llenes con tu cuerpo tumbado sobre el sillón, apoyando tu cabeza en mi regazo.
Acariciaré tu pelo, mientras me cuentas las historias de antiguas damas rescatadas por caballeros valientes; Cuyo único sentido de vida, es hacer felices a sus princesas deseosas de un amor eterno. Te invitaré a terminar el día unidos, mirando desde nuestra habitación ese manto de estrellas, que nos iniciará en el amor. Antes de llegar, subiremos las escaleras que peldaño a peldaño, serán un teclado de piano donde sonará una música suave, melodía sin más instrumentos que tus pies y mis ganas de besarte. Los colores de cada escalón, no serán negros o blancos, tendrán todo el matiz del arco iris; Así quiero que sea el encuentro.
 Poco a poco deslizaremos nuestras manos por el resto de nuestros cuerpos. Con un salón arraigado en la tierra, lleno de tanto amor que ningún viento por fuerte que sople lo derribará, con unas escaleras que serán el camino que cada noche recorreremos, para unir el siguiente trocito de la casa que iré construyendo; Que es todo el abecedario que inventaré, para que la palabra amor tenga un significado solo para ti.
Esta es la morada que Día a día quiero, para poder vivir en un lugar que con solo mirarlo digamos- ¡hay vive el amor! Hoy descansaré, pero mañana seguiré con la construcción de este espacio, que son sentimientos de un corazón, deseoso de vivir mirando por la ventana tu llegada vida mía.

SIEMPRE HABRÁ LUZ EN NUESTRA HABITACIÓN


Ya hemos dejado atrás el último escalón que nos lleva a la que será nuestra habitación, El pasillo que restará por caminar hasta estar dentro, lo pintaré del color de las flores que descansan sobre un rio, suaves flotan, casi sin saber la enorme belleza de la que son portadoras. Así será el lugar donde nos iremos besando, para llenar nuestros cuerpos del deseo de ser solo uno; Tú querrás jugar a no dejarme abrazarte, mientras mis manos intentan robarte una caricia, poco a poco nos plantaremos en la puerta de la habitación, estará siempre abierta. El amor no necesita que lo encierren, es libre y contagioso como la risa de un niño. Al entrar por el umbral de la puerta sentiremos un calor que recorrerá nuestros cuerpos, es la pasión que ya está queriendo participar con nosotros de nuestro amor.
¡Que maravilla será tenerte junto a mí! Al ver nuestra cama, no podremos seguir hablando, ya solo hablarán tu cuerpo y el mío, ni las sabanas, ni la almohada dejaran de envolvernos, no querrán ausentarse de vivir tanto amor. El resto de lo que viviremos y sentiremos, no es posible contártelo, hay sentimientos que solo se entienden si se viven. Seremos la palabra amor hecha carne.

DESPERTAR JUNTO A TI
Al verte junto a mí en nuestra cama, sentiré que soy un ángel que abandono su cielo para vivir cerca de lo que significa el amor, no existirá mayor gloria que abrazarte en silencio. ¿Cómo alguien puede ser feliz sin amarte?, que piel forjaron los dioses, que toda tú eres tan etérea; Sabré darte lo que aún no me has pedido, tendré siempre preparado un camino por si quieres pasear. Solo habrá oscuridad en el tejado de nuestra habitación, porque sin luz veremos las estrellas alumbrar nuestras caricias. Cada despertar tendremos un nuevo amor al que decir “te quiero”, seremos siempre tu y yo. Que loca sonrisa robaré a tu boca, que solo vivirá para besarme. No entiendo la mañana sin saberte desnuda, en la esquina de las sabanas, cansadas de amarnos; todo el alba será una luz de placer y entrega, donde los dos nos diremos sin hablar ¡Cuánto nos queda por derrochar de este amor!”
Tú tendrás prisa por vestirte, yo estaré esperando por verte ¡tan hermosa! Sé que al abrir los ojos tendré un paraíso para perderme, será tu rostro. Escapare del tiempo que no sea estar contigo, pediré al sol que adelante la noche, para volver a amarte, en ese rincón del lecho que aún no tiene tu olor.
Así construiré nuestra habitación, hecha de lo que a ti y a mí, a nosotros, nos acompañará durante el resto de lo que nos quede por amarnos. Cuando nuestra habitación esté terminada, será donde vivan todos los duendes que recojan cada gota de sudor del amor que empapará las paredes.

 
 

 

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