Abrí
el cajón de mis recuerdos y te encontré sentada frente a mi memoria, quise
saber donde estuvo el instante de esta despedida, como nos dijimos adiós casi
sin pronunciar palabras. Te amaba y de repente deje de saber quién era el que
te hablaba al oído palabras de amor. Olvidé que mi existencia era solo una
parte de nuestro todo, te vi lejos, te vi partiendo; eras tan etérea casi
volabas al partir de mi lado.
Abrí
el cajón de mis recuerdos y todo tu olor empapó mi casa, estabas en cada gesto
que mi cuerpo lanzaba, la risa, el abrazo, esos mordiscos que jugueteaban con
mis labios, ese querer marchar sin mirarme a la cara, esa lágrima que no
acababa de resbalar por tu mejilla; Siempre querías que fueran mis dedos los
que recogieran tu salada alegría, abrí el cajón de mis recuerdos y te sentí
caminar por la casa, corrí como un loco buscando en todos los rincones de cada
habitación, aparte de las paredes los cuadros, removí las almohadas y los
cojines, destapé cada tarro de esa cocina donde ayer nos amamos mientras el
fuego calentaba nuestra cena. Olí con intensidad los libros que te gustaba
leer, en todos estaban la huella de tus días sentada junto a mí.
Abrí
el cajón de mis recuerdos y ya no pude volver a cerrarlo. Deje que de nuevo la
melancolía adornara mi mirada; No puedo ni quiero olvidar como abandonaste tu
tristeza para llenar mi vida de alegrías, me diste ese amor que define la vida,
la única razón que me hace no dejar de ser quien soy.
De
tantos momentos vividos, de tantos silencios compartidos, de mirarte mientras
dormías. ¡Como deseaba saber si era yo el que te besaba en sueños! Te marchaste
casi sin hablar, solo tus ojos me dijeron, --me voy, pero siempre viviré
contigo- supe que tu adiós dejaba una brújula para que algún día volviera a
encontrarte. Ahora sé que estás esperándome bailando, cantando, sonriendo a
cada movimiento que la vida te regala, sé que habrás pintado un sol en la
entrada de lo que será nuestro refugio, ese sol que siempre calentaba nuestros
cuerpos desnudos. Mis recuerdos son un mundo colgado de todas las mañanas en
las que te amé de nuevo; No dejes nunca de estar en mi memoria; ahora que ya no
estás junto a mí, es cuando quiero volar hasta tu lado. Espérame, ya estoy
llegando, siente como mi mano empieza a recoger tus lágrimas, caminaremos
juntos por esa calle que solo se abre a los que han sentido un amor, y han
dejado partir todo lo que les da la vida.