Datos personales

Mi foto
Disfrutar de los placeres de una vida que se ofrece sin máscara

miércoles, 15 de julio de 2015

cicatrices


CICATRICES

 

Se resbala el tiempo por las cicatrices que son memoria de los días que nos dejaron nieve en el alma

Miramos las pequeñas huellas de los sentimientos que se burlaron de nuestros anhelos

Seguimos caminando intentando hacernos creer que nada es tan importante

El amor, juguetón y caprichoso, vive en dimensiones que solo se alcanzan con esa parte de nosotros que, tiene miedo a enseñar su sonrisa.

 Las cicatrices de lo vivido se resisten a ser solo carne

Quieren tener escrito en su forma que ahí hubo dolor, que alguien destrozó un corazón

Pasan los años y el rastro en la piel, que es la memoria del deseo hecho fuego

Que de vez en cuando acariciamos, que nos dejamos transportar a ese instante.

Nos produce el placer que tiene volver a sufrir por algo que nos hizo sentirnos vivos

Negamos las lágrimas con sabor a pasado, ungimos la herida con la miel de un tiempo que se nos aparece vestido de domingo

De vez en cuando las cicatrices forjadas entre sabanas que acabaron convertidas en trapos viejos, se apiadan de una vida consagrada a la soledad.

Convierten en punzada cada diminuto gesto que traiga una mirada llena de brillo

Somos un amasijo de olvidos que nunca desaparecen del todo

Nos lanzamos una y otra vez a esa agua llena de los restos de cuando fuimos dos

Leemos señales en los colores de cada amanecer, reflejos de un despertar compartido

Cicatrices que anidan en todos los momentos que el recuerdo se adueña del corazón

No dejes de evocar de vez en cuando que, un latido de amor duerme en tu cicatriz.

 

miércoles, 18 de febrero de 2015

Nadie olvidó


 

Nadie olvidó aquella tarde de verano

Niños, mujeres, hombres y ancianos

Todos fueron testigos de la pena de Ana “la de la trenza”

Ni un solo pájaro se atrevió a cantar en las horas negras

Muchas caras se escondieron por la vergüenza

Nada ocurría hasta que todo quiso ocurrir de golpe

Las lenguas que siempre andaban sueltas

Se encerraron en unas bocas secas por el miedo

Aquella mañana el sol regaló su mejor fuego

Las calles se inundaron de un grito ciego

Ana quiso cambiar su casa por un mundo nuevo

De tanto soportar un amor que solo era daño

De tanto llorar de noche asomada a la ventana

De creer en palabras dulces rellenas de engaño

De sueños sin cumplir y promesas rotas

Ese día se cansó de ser la amante devota

A la hora de la siesta abandonó el martirio

Con una maleta y un pañuelo en la cabeza

Le regaló el sueño eterno a su marido

Nadie olvidó a aquella mujer que amó

Que solo tuvo un corazón descosido

Nadie supo jamás de aquel dolor escondido