Abrí un libro lleno de esperanzas, y
solo encontré vacios
Pinté los cuadros que mi corazón
sentía
Escribí los versos más alegres que cantarían
los poetas
Esparcí sobre mi mesa, todas las hojas
blancas que anhelaban ser invadidas por palabras de amor
Dejé de ver las mañanas, para
contemplar el amanecer
Todo se transformó en una espera
interminable
Nada era sin tu presencia
Sueños que traían oscuridad
Canciones que sonaban a despedida
Un solo aliento ahogaba mi boca sin la
tuya
Por haberte amado quedó un principio
sin final
Por haberte amado perdí lo que nunca
volvería a sentir
Vives en cada silencio que grita tu
nombre
Muero por no ser quien te abrace en
cada noche fría
Solo queda de mí, la luz de tu marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario