Ayer
se suicidó la tristeza
Ayer
el olvido recordó su nombre
Ayer
las campanas doblaron al amanecer
Nadie
quiso mirar de frente al miedo
El
dolor se volvió ciego
La
luna caprichosa, se pintó de azul
La
esperanza, moribunda, le sonrió al desaliento
Todos
cambiaron su alma por un vestido de noche
Nadie
supo cómo llegó, este frío que hiela las palabras
Nadie
alzó la voz contra este engaño que nos vuelve seres invisibles
Ayer
se suicidó la tristeza
Ayer
arranqué de mi árbol las señales de un corazón roto
Ayer
supe que nada soy, sin un latido junto a mi boca
Ayer
se fundieron las estrellas que tanto amé
Ayer,
fue ayer; cuando comenzó mi despedida.
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