No encuentres la soledad
que tanto daña
No busques nada en ese
lugar en el que, solo hay llanto
No es tu tristeza lo que
ansían los duendes en la tarde de lluvia
Lanza tu voz al que solo
sabe oír que, eres un alma sin abrigo
Deja que sean las hadas
quienes pinten tu paisaje
Asómate a ese balcón que
tantas tardes me vio partir
Sigo ahí, en una eterna
despedida
Regala tu mirada a esos
chopos que danzan al sonido de tus quejidos
Disfraza la pena de
colores
Engaña al tiempo que te busca
en el espejo
No dejes de ser una
alondra sin nido
Que me quieras, solo eso
te pido.
El resto es aire, que
llena el espacio de olvido.
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